Jessica Allen alquiló su vientre a una pareja china. Todo iba bien, pero seis semanas después un bebé extra apareció.
“Decidí ser madre subrogante”, dijo Allen, quien fue contactada a través de un centro de salud en California. Aseguró que lo hizo para ayudar a una pareja asiática.
Gracias a la fertilización in vitro logró cumplirles su sueño: un bebé venía en camino.
Sin embargo, durante un control al mes y medio, el médico que la atendía le aseguró que estaba embarazada otra vez, ¿cómo es esto posible?
“Creí que el embrión de la pareja china se había dividido en dos”, contó en una entrevista concedida a la cadena ABC News.
Un mes después de que nacieron los bebés fueron sometidos a una prueba de ADN y el resultado sorprendió a los padres. Uno de los pequeños tenía rasgos genéticos de la pareja china y el otro era compatible con Jessica.
"No sé cómo pasó, nos quedamos anonadados, pensamos: ‘¿cómo sucedió esto?’", añadió.
Ante la inesperada noticia, la única conclusión a la que llegaron los doctores fue que el proceso de ovulación de Jessica no se detuvo y en alguna relación sexual volvió a quedar en embarazo.
¿Por qué sucede esto?
Según expertos, este proceso que a muy pocas mujeres les ocurre se llama superfetación.
Puede ocurrir durante algunos estados de gestación cuando la madre sigue ovulando después de la fecundación.
En ese tipo de casos, cuando la mujer alquila su vientre, puede ocurrir una nueva fertilización y dar como resultado gemelos con desarrollo gestacional diferente, es decir, no idénticos.
Final feliz
Una vez entendieron lo sucedido, Jessica Allen y su esposo enfrentaron una batalla legal, pues ese bebé extra no era reconocido como hijo legítimo.
Luego de varios trámites y pruebas genéticas lograron la custodia de Malachi.
El suceso científico despertó gran interés a nivel mundial debido a su rareza.
Updated: noviembre 03, 2017 05:22 p. m.