El hombre, que le hizo beber este líquido, terminó quemándole la garganta. Aseguró que el niño estaba “poseído por un demonio”.
El hecho ocurrió en Tucson, Estados Unidos.
Pablo Martínez sostuvo a su pequeño hijo debajo de un grifo del que salía agua hirviendo con la excusa de querer exorcizarlo.
Aunque la mamá del niño se percató de que algo extraño sucedía en su baño, no pudo entrar. Entonces, llamó a las autoridades.
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Oficiales llegaron a la casa en el estado de Arizona: allí encontraron tendido en una cama al menor.
El padre testificó antes los investigadores del caso y aseguró que su hijo “tenía un demonio”. por lo que, él mismo lo reconoció, lo puso debajo del grifo durante 10 minutos mientras se bañaba.
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Al ver la decisión fatal que tomó, el hombre de 31 años intentó reanimarlo, pero era demasiado tarde.
Pese a que fue trasladado a un centro asistencial, no sobrevivió. Según el dictamen médico, tenía quemaduras en más del 15% del cuerpo.