La Fiscalía de España investiga a un sacerdote que culpó del asesinato de las pequeñas Olivia y Anna a Beatriz Zimmermann, su madre. El religioso la acusó de ser la causante de la ruptura matrimonial y que, si no fuera por una presunta infidelidad, las menores seguirían con vida.
Las autoridades lo indagan por haber incurrido en una infracción penal.
Por su parte, Zimmermann envió una conmovedora carta en la que las recuerda con mucho amor. Además, pidió para que la sociedad vele por el futuro de los menores y que así el fallecimiento de sus hijas no sea en vano.
“Con todo el dolor de mi alma les quiero escribir una carta de agradecimiento. Desgraciadamente no fue así, sufrieron en dolor el acto más monstruoso que una persona puede cometer: matar a sus propios e inocentes hijos”, escribió la mujer.
En la misiva, ella aseguró que encontrar los cuerpos le permitirá hacer el duelo.
“Cuando me dieron la noticia se me vino el mundo encima y por muy duro que sea, ahora puedo llorar su perdida. Ese maravilloso día a día que tanto echo de menos, lo que yo daría por peinarles el pelo. Ese simple acto es lo que más desearía. Todos los días les decía que las amaba muchísimo”, dijo.
Tomás Antonio Giméno, padre de las menores, las habría asesinado en una finca y lanzado sus cuerpos al mar. Se presume que él creó un plan para causarle el mayor dolor a Zimmermann.
“Ojalá yo hubiera estado en ese momento de la mano y morir juntas. Tomás quería que sufriera buscándolas sin descanso y de por vida. Esa fue la razón por la que me dejó con vida. Aquí la justicia salió a la luz”, concluyó.
