Los dos medio hermanos fueron separados en la infancia, nunca se conocieron, sus padres biológicos los abandonaron: a ella, en un callejón y a él, en un barrio costero de Los Ángeles donde fue encontrado por la Policía.
Cada uno fue adoptado por una familia distinta. Los dos crecieron sin saber el uno del otro en lugares apartados de estados unidos. Pero ambos sentían que algo les faltaba.
“Estaba interesado en saber mi origen étnico, pero nunca habría soñado esto”, dijo, entre lágrimas Dean Hundorf
Enviaron muestras de ADN a una empresa que rastrea los ancestros de cada persona y sorpresivamente los pusieron en contacto.
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Además de su hermana, Dean conocerá a una familia entera de sobrinos. “He estado toda mi vida esperando esto y sé que él también”, señaló Janet Barnicoat.
Para Janet y Dean el llamado de la sangre venció las probabilidades y la distancia.
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