Las emociones también se enferman y no es algo que deba relacionarse con locura ni avergonzar a los pacientes. Busque ayuda oportuna.
La ansiedad y el miedo son necesarios y normales, hacen parte de la vida, y nos permiten estar alertas y ser más cuidadosos en situaciones de peligro. Sin embargo, hay personas en las que esa emoción es intensa, desproporcionada. Allí hablamos de trastorno de ansiedad, un problema muy común.
Es necesario entender que estos trastornos pueden aparecer en cualquier momento de la vida, desde la infancia hasta la edad adulta. A quienes lo padecen, esos miedos no los dejan funcionar.
“Si tiene un momento de ansiedad tal que le impide ser quien es normalmente -trabajar como trabaja normalmente o relacionarse como se relaciona normalmente-, en ese momento consideramos que tiene un problema que requiere manejo clínico”, explica el psiquiatra Rigoberto López.
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Los síntomas de la ansiedad no solo son mentales, también repercuten en lo físico. Pueden presentar “temblor, síntomas gastrointestinales, sudoración, inquietud motora, dificultades para la concentración”, recalca el especialista.
Entre los trastornos de ansiedad más frecuentes están el trastorno de ansiedad generalizada, que se caracteriza por un miedo exacerbado frente a situaciones común de la vida, y también la fobia. Le siguen los ataques de pánico.
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Lo importante es tener presente que todos estos trastornos se pueden tratar.