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Un quetzal en Bogotá: el ave de la libertad llega a la capital

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Cuando caminaba por la zona de la avenida de Las Américas, Gustavo Wilches, profesor universitario y escritor, divisó un pájaro que se posó altivamente en una rama de los jardines del conjunto residencial Centro Nariño. Tras consultarlo en Twitter le fue confirmado. Era un quetzal.

Era una hembra de la especie Pharomachrus antisianus (de la familia Trogonidae) una de las dos que existen en Chingaza. “Por ese y otros tuits me enteré de que hay quetzales en Suramérica y particularmente en Colombia y en Chingaza”, escribió Wilches.
“Yo pensaba, como la mayoría de la gente en Colombia, que solamente había quetzales en México y Guatemala. En varias partes de Colombia se conocen como Soledades. Había oído hablar de ellas pero no sabía que fueran quetzales”, añadió.
¿Qué la hace tan especial? “El quetzal es un ave del bosque, codiciada por muchos observadores a los que les gusta verlo por su color, comportamiento pasivo y porque además aporta a la dinámica del bosque con la dispersión de semillas. Consume, vuela y depositas semillas. Genera arbolitos en otras áreas”, explica el ornitólogo Oswaldo Cortés.
Lo más interesante es que no se conocían reportes de quetzales en Bogotá. De allí, el revuelo que causó entre ornitólogos y público en general la presencia del ejemplar.
Hábitats naturales de los quetzales:
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“En cuanto a la presencia del individuo visto en los alrededores de Corferias se trata de un evento demasiado extraño. Es la primera vez que se tiene registro de algo así”, dice Cortés.
Ella, el ave, ajena a la conmoción que causó desplegó sus alas y voló de árbol en árbol. No está siempre allí, dicen los jardineros. Seguramente su presencia coincide con la temporada en los que hay frutos. Le gusta la libertad, explican los conocedores, y por ello no soporta estar encerrada. Se muere rápidamente en una jaula.
Talvez por eso decidió llegar a ese lugar, en plena zona central de una urbe. Tan lejos de su hogar.
“Quizás llegó allí siguiendo el corredor de los árboles que quedan sobre las avenidas. Lo otro que pudo suceder es se le haya escapado a alguien que lo atrapó”.
Los amantes de los animales están de plácemes. Un avistamiento único que llena de alegría el espíritu de los protectores de la naturaleza. Como el profesor Wilches, su descubridor, quien propone declararla huésped ilustre de la ciudad.

 

De cerca: así luce un ave quetzal (video cortesía Bogotá Birding, Óswaldo Cortés)

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