Un equipo de la Expedición Antártica logró evidenciar las investigaciones que busca poner en marcha Colombia en el continente blanco, entre ellos está el estudio de una futura estación científica del país andino.
El capitán Wilson Ríos es uno de los líderes del proyecto de investigación que nació en la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla, su objetivo es estudiar qué posibilidades tiene Colombia de construir su estación científica en el continente blanco.
“Estamos visitando las bases que se encuentran en el área y así vemos las capacidades del territorio antártico, viendo sus condiciones, capacidades y también las zonas protegidas porque lo que uno busca al instalar una infraestructura es impactar lo menos posible el medio ambiente. Después de esto, a bordo inicialmente del ARC Simón Bolívar realizamos verificación de ciertas áreas que previamente hemos identificado mediante el sistema de información geográfico”, indicó el capitán Wilson Ríos.
Llegar a este lugar del mundo es una tarea titánica que han emprendido los 57 países que hacen parte del Tratado Antártico, el cual establece que este es un territorio sagrado y que solo puede habitarse en pro de la ciencia y la paz.
“Es un proyecto de investigación. Estamos adelantando simplemente investigaciones académicas. Una vez que el proyecto esté terminado se presentará al Programa Antártico Colombiano y al comando de la Armada Nacional y la Cancillería para que hagan una evaluación de la viabilidad del proyecto”, agregó el capitán Wilson Ríos.
Cuatro son los lugares que ha estudiado Colombia para en un futuro tener la estación científica: las islas Rey Jorge, Nelson, Greenwich y Livingston, un terreno óptimo para poner en marcha proyectos de todo tipo, biología marina, oceanografía, meteorología y glaciología, al tener uno de los glaciares más imponentes de la península Antártica.
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“La estación científica es sumamente importante porque nos permitiría realizar investigación de manera ininterrumpida año tras año y brindar las condiciones necesarias que da una estación en condiciones logística operativas para acoger muchos más investigadores tanto nacionales como extranjeros”, explicó Wilson Ríos.
Por ahora se trata de un sueño, una propuesta que viene construyéndose poco a poco, pero representa mucho para un país que lleva 10 años creyendo en la ciencia.
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Colombia es hoy un miembro observador del tratado, busca ser consultivo y tener voz y voto en las decisiones que se tomen sobre este, el corazón del planeta.
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