El asesinato de Leidy Johana Tabares en Aranjuez, Medellín, es escabroso por un componente adicional: el principal sospechoso es su hermano, de 20 años, que supuestamente intentó hacerse daño con un arma cortopunzante cuando lo hallaron cerca del cuerpo.
La joven de 29 años se desempeñaba como secretaria en un consultorio médico de El Poblado, al cual no llegó el día que tenía turno. Al observar esta situación, su jefe se comunicó con allegados para tratar de tener noticias.
Los familiares se dirigieron hacia el lugar de residencia de Leidy, donde convivía con su hermano. Según la reconstrucción de El Colombiano, el joven quiso persuadirlos de que ella no estaba allí, pero luego de una confrontación ingresaron a la fuerza.
Las pesquisas los llevaron a finalmente encontrar el cuerpo sin vida de la mujer sobre una cama.
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Las versiones del medio local señalan que entre los hermanos habría rencillas y que en el momento en que él se vio sorprendido se causó lesiones con un arma cortopunzante, motivo por el que fue remitido a un centro médico.
En medio de la investigación las sospechas también recaen en una tercera persona, otro hombre que aparentemente departía con ellos en la víspera de los hechos.
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