Aunque los materiales hurtados carecen de valor, su ausencia causa multimillonarios perjuicios económicos a la población.
Los apagones generan daños en electrodomésticos de viviendas, empresas e instituciones.
El impacto de estos hurtos compromete hasta la seguridad alimentaria y son los distribuidores de productos cárnicos y perecederos los que enfrentan las pérdidas.
Las fallas eléctricas, consecuencia del saqueo al sistema eléctrico, en ocasiones se prolongan por días.
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Aunque los patrullajes por parte de la Policía e infantes de Marina son constantes, vándalos aprovechan el menor descuido para desestabilizar la infraestructura de transmisión eléctrica.