Las fuertes brisas y precipitaciones afectaron diez casas. Los daños en la malla eléctrica del municipio provocaron un corte de más de cinco horas.
La caída de techos, gigantescos árboles y postes de luz causó pánico entre los habitantes de la población atlanticense.
Los estragos obligaron a los afectados a refugiarse donde y como pudieron.
"En la sala tuvimos que abrir un campo para colocar las tablas, colocar el colchón ahí y poner el toldito para cubrirnos", contó Rafael Sarmiento, uno de los damnificados.
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Funcionarios de la empresa Electricaribe trabajaron durante la noche para restablecer el servicio.
El balance de los organismos de socorro indica que son aproximadamente los habitantes de diez casas los que se encuentran afectados por el vendaval.
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