Jorge Arabia entregó a la Fiscalía documentos que probarían las rutas del dinero perdido y sostiene que el expresidente fue el único responsable del descalabro.
En sus delaciones a la justicia, el exvicepresidente financiero de Interbolsa siempre ha acusado a Rodrigo Jaramillo de los coletazos de la debacle.
“A él se le consultaban todas las decisiones, es que él era el único dueño y accionista y jefe que había era él”, señala.
Noticias Caracol conoció un documento que Arabia le entregó a la Fiscalía en el que calculó las millonarias ganancias que obtuvo Jaramillo al frente de Interbolsa entre 2008 y 2012.
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"El lucro total que recibió durante el periodo fue de $15.425 millones, que es una cifra muy significativa y material", añadió.
Números fabulosos que, sin embargo, no han visto las víctimas todavía.
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Según Arabia, dicho monto lo obtuvo de sumar el sueldo mensual de Jaramillo, que rondaba los 120 millones de pesos, las bonificaciones y gastos anuales, unos 360 millones más, y los dividendos de la firma al año calculados en 1.333 millones.
"Un lucro de $15.425 millones en 5 años es una cifra relevante y contundente para mostrar que Rodrigo Jaramillo era uno de los principales beneficiados con todo lo que acontecía dentro de Interbolsa, y donde él directamente era su máximo exponente", agrega.
Arabia aseguró que Jaramillo fue el gran responsable de la estrategia de manipulación de la acción de Fabricato.
“El doctor Rodrigo Jaramillo le manifiesta a la junta que en caso de que se perfeccione el negocio, Interbolsa iba a tener una participación directa en las utilidades de este negocio, con una participación importante”.
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Jaramillo, además, usó entre 2010 y 2011 para su beneficio personal un avión privado Dassault Falcon 50 de matrícula NMR 349, con todos los lujos y equipado para 10 pasajeros, que adquirió Interbolsa para sus viajes semanales entre Medellín y Bogotá.
Una vida de lujos y excesos que terminó mal. Hoy en su exclusivo apartamento del Poblado en Medellín, Rodrigo Jaramillo purga los siete años de su condena, y las víctimas siguen esperando que algo de esa tajada millonaria de la que disfrutó algún día les toque a ellos.
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