Ramírez pide a la justicia que el hecho no quede impune, pues aunque las lesiones que tiene no son tan graves, asegura su hija pudo perder la vida.
“Lo que más me duele en el corazón es ver a mi hija narrando los hechos. Me rechaza, ya no se me acerca porque le da miedo”, dice.
Según las autoridades, en lo que va del año han muerto 240 personas como consecuencia de borrachos al volante.