Chats, contratos sospechosos y un maletín con información confidencial hacen parte de las nuevas evidencias que lo tienen a un paso de la extradición.
Gustavo Moreno Rivera cumplirá en agosto 36 años, pero su meteórica carrera ya no pasará a la historia por el genio que muchos le atribuyen, sino porque será el primer funcionario en ser extraditado a los Estados Unidos por corrupción, la cual se suponía iba a combatir.
“Se veía un hombre serio, dentro de todos los límites de la ética y de la equidad para manejar sus asuntos”, asegura Dagoberto Charry, uno de los profesores de Moreno.
Le decían el ‘doctor cafecito’ y hasta hace 7 años vivía junto con su madre en un modesto apartamento de dos habitaciones en pleno centro de Bogotá, pero en seis años acumuló un capital nada despreciable, se rodeó de académicos, juristas y políticos y en su despacho atendía a poderosos clientes.
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Noticias Caracol fue hasta las cinco propiedades que adquirió Gustavo Moreno en el último lustro en Bogotá y que están siendo rastreadas para verificar si fueron adquiridas con dineros ilícitos:
Adquirió en 2013 el apartamento 704 de la torre 2 del conjunto Panorama, ese mismo año compró el apartamento 303 de un edificio en el barrio Chicó y otro más ubicado en la calle 123 con carrera 15 de 88 metros cuadrados. En 2014 compró otro inmueble en la carrera 64 con calle 100 y en 2016 un apartamento en Unicentro, donde vivió hasta que fue detenido.
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Ahora, a las puertas de una extradición, Moreno está tan solo como en esos primeros años de escasez y dificultades.
Maletín olvidado
Un maletín azul, olvidado por el exfiscal anticorrupción en su vehículo oficial, se convirtió en un arsenal de información para los investigadores.
Allí encontraron documentos confidenciales sobre dos cados emblemáticos de corrupción. Por ejemplo, se halló un DVD en el que aparecían audiencias de imputación y medida de aseguramiento del excontratista Andrés Cardona, capturado en febrero pasado y señalado como uno de los hombres que repartió millonarios sobornos en 2009 con el fin de asegurar un contrato por 243 mil millones para la construcción del túnel Tunjuelo – Canoas. Una megaobra inconclusa que se ganaron las firmas Odebrecht y el grupo Solarte.
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Investigadores sospechan que Moreno planeaba mover sus hilos de poder para beneficiarlos. Además, se hallaron informes reservados relacionados con las irregularidades en la construcción del coliseo Happy Lora.
Amistad y traición
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El supuesto soborno que Luis Gustavo Moreno le estaba cobrando al exgobernador de Córdoba Alejandro Lyons también esconde una historia de corrupción.
Noticias Caracol conoció imágenes, mensajes que se cruzaban y declaraciones de dos testigos que dejarían al descubierto no sola su estrecha amistad sino también su pacto, que Fiscalía califica de criminal.
Se trataba de un principio de oportunidad amplio frente al desfalco a las regalías en Córdoba y su presunta vinculación con la muerte de Jairo Zapa, exidrector de regalías del departamento.
De los cruces de información se conoció que primero Moreno se encargaría, a través de su unidad anticorrupción, de tramitar un acuerdo con el contratista Jesús Eugenio Henao y con Joice Rafael Hernández Muñoz, alias El Mono, detenidos por el crimen de Zapa, para que enlodaran a Lyons y de esa forma ganar beneficios judiciales.
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Con estos dos testimonios, Fiscalía llevaría a juicio ante el Tribunal Superior de Bogotá a Lyons por 20 delitos. Una vez dada esta situación, el abogado Leonardo Pinilla impugnaría la credibilidad de los dos detenidos bajo el calificativo de falsos testigos.
El juego de Moreno incluía el desprestigio a fiscales que investigaban la corrupción en Córdoba. Fue así como luego de iniciar investigaciones internas logró apartar de uno de los procesos a la fiscal Martha Sepúlveda, señalándola falsamente de filtrar información que permitió la fuga de varios investigados por el cartel de la hemofilia.
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Todo parecía acordado, pero llegó la traición, el anzuelo a Gustavo Moreno lo tendió el propio Lyons para venderse como un colaborador de la justicia de Estados Unidos: se vio con el entonces fiscal, le dio un anticipo por su trabajo criminal y la DEA grabó toda la operación delictiva.