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La vida de Cristian Quintero ha pasado a un ritmo vertiginoso. Estuvo en el infierno de las drogas, por consumo y también por haber integrado una banda de microtráfico, lo capturaron las autoridades y pagó una pena en centro carcelario de cinco años y después, apoyado en la práctica del microfútbol a nivel profesional, en el apoyo de su familia, en el estudio y hasta en una fe inquebrantable, asomó la cabeza y vio la luz.
Hoy el nacido en Medellín y de 32 años relata su historia, deja testimonio, estudia último semestre de licenciatura en Ciencias Naturales en la Universidad de Antioquia y recientemente siendo el arquero titular lloró la eliminación de Tusa Fusa, su equipo en este 2025, a manos de Caciques del Quindío en los octavos de final del campeonato profesional que se realiza en nuestro país.
"Nos eliminaron en Armenia. Estuve viviendo cuatro meses en Fusagasugá y hace unos días volví a 'Medallo'. Ya retomando el tema de la escuela de arqueros para niños y adultos y jugando los torneos acá en barrios de la ciudad", contó inicialmente Quintero con respecto a su presente.
Pero para llegar hasta lo que es hoy, el antioqueño pasó las duras y las maduras, vivió calle arriba y calle abajo y estuvo rodeado de malas amistades e influencias negativas que lo llevaron hasta el hueco. "Tuve una situación de pagar cárcel, estuve involucrado en temas de droga desde muy joven, con consumo, microtráfico, a estar en una una olla de vicio. Caigo preso de 20 años, tenía una percepción de la vida muy superficial. Me dejé influenciar muy fácil por personas que están en el tema delincuencial. Empecé a 'hacer favores', se volvió todo una bola de nieve y resulté mandando la plaza, siendo una figura muy importante, con cosas muy pesadas", recordó el guardameta de los cundinamarqueses, con los que actuó en 10 partidos de la temporada.
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Con ese panorama, lo que vino para él fue peor. "El 29 de julio de 2015 me cae la policía, la Sijín, hicieron un allanamiento en mi casa. Y como yo figuraba como cabecilla, entonces el allanamiento fue más riguroso. Caímos ocho y el único que quedó condenado a siete años, fui yo. Pagué en la cárcel del Pedregal, después en El Espinal, Tolima. Pero en medio de todo esto, durante mi estadía en la cárcel empecé a jugar microfútbol, ese es el deporte insignia en los penales. Me gané tres torneos e incluso delincuentes que estaban detenidos, pagaban para que me pasaran de un patio al otro para jugar. En eso me creí la película y tuve como esa visión para después de cumplir la condena, que con el deporte podía salir adelante y así fue".
Finalmente, a los 25 años Cristian Quintero dejó la penitenciaría y se volvió a enfrentar con la realidad en las calles. Sin un peso en el bolsillo y rebuscando de tienda en tienda sus monedas, reunió un dinero para los pasajes que lo devolvieron a Medellín. "Al principio fue duro, no andaba ni con un peso en el bolsillo y comencé a ponerme a prueba para no regresar a la delincuencia, pensando en no desesperarme con cosas ilegales de nuevo. Me empecé a mostrar en los torneos de barrio, empezó a verme la gente, en recochas grababa las tapadas y así. Por ejemplo, mezclar el estudio y el deporte para mí ha sido fundamental, más cosas sociales. Acá los mismos delincuentes le dicen a uno, 'qué bueno lo que hacés vos' y pues mi papá y mi mamá alegres por el cambio. Yo agradezco haberme estrellado de esa forma porque hoy en día pues pudiese estar muerto, pudiese estar aporreado de cuenta de bala o de cuchillo", agregó.
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Después de superada la pandemia del coronavirus, para Cristian llegaron las oportunidades de jugar en el 'micro' profesional en Colombia. Defendió el arco de Alcaldía de Girardota, jugó dos campeonatos en Bello Innovar, fue a Real Caldas de Manizales y en este 2025 jugó Tusa Fusa.
Poco a poco el antioqueño se ha ganado un nombre y un prestigio y cuando culminan sus participaciones en el torneo nacional, también "piratea", juega en varios equipos a la vez, en diferentes barrios de Medellín.
"A uno en los 'piratazos' le pagan entre 60 y 70 mil pesos, además nos defendemos ofreciendo el servicio de arqueros en alquiler (Arqueros.co en instagram) y ahí dan 30 mil pesos por ir a los 'picaditos' de fútbol cinco o fútbol siete. Y con los personalizados de arqueros cobró a los mayores unos 30 mil pesitos y a los niños en 20. Gracias a a Dios resulta trabajo siempre", finalizó Cristian Quintero, quien también juega con la Universidad de Antioquia y fue campeón de los Juegos Nacionales de ASCUN en 2023.
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