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En nuestra sección el Anecdotario de Gol Caracol el invitado de la semana fue José Heriberto Izquierdo, quien hizo parte de la nómina de la Selección Colombia de mayores en el Mundial Rusia 2018 y que jugó solamente 70 minutos en la derrota 2-1 frente a Japón, cuando le dio paso a Carlos Bacca. En el resto de partidos, contra Senegal, Polonia e Inglaterra el nacido en Pereira y de 33 años no saltó a la cancha, debido a un imprevisto que cortó su camino.
Lo que empezó como un sueño al cumplir un objetivo de niño, terminó en una tristeza profunda y representó el inicio del fin de su carrera deportiva, en la que tuvo pasos por clubes como Pereira, Once Caldas, Brujas, de Bélgica; y Brighton & Hove, de la Premier League.
"Yo tuve lesión en las dos rodillas. La primera de ellas fue en la rodilla izquierda, un problema de menisco, fue contra Japón. Todo ese tiempo del Mundial me la aguanté, era un dolor horrible, yo sentía que la rodilla se me salía, pero aún así seguí", relató Izquierdo, quien ahora tiene proyectos para ayudar a sus colegas en temas de finanzas personales y que lanzó hace ya hace unos meses su podcast 'Hablemoz'.
El antiguo extremo, de fuerte pegada y depurada condición técnica, siguió con su relato y apareció una confesión. Así contó que "el cuerpo médico sabía, pero yo les dije que no dijeran nada. Eso fue por orgullo, uno piensa qué van a decir, que saliera el comentario 'para qué iban a llevar a ese paquete' y me aguanté así. Así terminé ese tiempo y ya".
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Sin embargo y además de las sensaciones durante la Copa del Mundo, el pereirano decidió no tratarse tan pronto se dio la eliminación en octavos de final frente a Inglaterra. Por eso recordó que "salí del Mundial y me fui de vacaciones, duró 4 meses en recuperación. Cuando vuelvo al club, siento que no soy el mismo, me sentía como maluco. Me volví a lesionar la misma rodilla, después me lesiono la otra y fue todo un viacrucis".
"Uno empieza ahí con muchos miedos, a preguntarse ¿por qué me pasó a mí?, ¿a qué me voy a dedicar, si solamente sé jugar fútbol?. Cae uno hasta lo más profundo, andaba decaído y llega hasta la depresión. Muchas veces lloré, por ejemplo cuando la segunda lesión. No entendía lo que estaba sucediendo, obviamente es algo fuerte", complementó Izquierdo.
Todo esto lo afrontó en solitario, muy pocas personas supieron de primera mano lo que estaba pasando y tampoco su estado de salud. "Mis padres, por ejemplo, no supieron de las cirugías inicialmente, ellos se vinieron a enterar de esto, unos tres meses después".
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Ante tantas vicisitudes, José Izquierdo volvió a Brujas de Bélgica, pero su cuerpo nunca respondió igual que en sus mejores momentos. "Regresé allí, pero no volví a ser el mismo, no jugué mucho, pasaba más recuperándome, poniéndome inyecciones, en terapias y sentí que todo eso era el mensaje del cuerpo y de la vida, por eso decidí parar".