"En Nacional sentí cierta discriminación porque lo tenía todo, por ir en carro a entrenar"
Después de finalizadas las carreras y en momentos en los que no tienen compromisos con nadie, son varios los exjugadores que dejan mensajes sinceros y abiertos para reflexionar.
Lucas Jaramillo, hoy reconocido empresario de futbolistas, compartió en una reciente entrevista de Gol Caracol su fascinante y a menudo desafiante camino en el fútbol, con un enfoque particular en su paso por el Atlético Nacional de la época de las "estrellas". A los 21 años, recién graduado de Economía y Finanzas de la Universidad de Bentley y trabajando en la Bolsa de Valores de Medellín, Jaramillo decidió dar una oportunidad a su pasión futbolística.
De esa forma, Jaramillo realizó una prueba en Atlético Nacional y no le fue para nada mal. Pasó ocho meses en el equipo en una "prueba larga que no se terminaba nunca". Durante este tiempo, entrenó bajo la dirección técnica de Juan José Peláez, con Norberto Pelufo, como asistente, y Javier Álvarez, como tercer entrenador.
En medio de esto y con el correr del tiempo, el antioqueño describió lo sucedido como una "discriminación inversa". Él sentía que, por ser una persona que "lo tenía todo" (llegaba a entrenar en carro, por ejemplo) y proveniente de una familia de empresarios del sector de los restaurantes, le resultaba difícil encajar en un deporte donde la norma solía ser para quienes "no tienen nada".
A pesar de que dicha percepción venía de la parte técnica, Jaramillo perdonó esa situación, entendiendo desde algún ángulo la lógica de quienes pensaban: "¿para qué le vamos a ayudar a ese si lo tiene todo y le va a quitar el puesto a otros jugador?".
Lucas Jaramillo, exfutbolista - Foto:
AFP
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A pesar de su persistencia, Jaramillo nunca recibió un contrato. Tras múltiples promesas, finalmente le preguntó al DT Peláez sobre su situación y le respondió que hiciera la pretemporada en enero y luego verían. Cansado de las promesas, Lucas tomó la decisión de "cerrar las puertas al fútbol" y se mudó a Bogotá.
Curiosamente, Javier Álvarez, uno de los técnicos de Nacional, lo llamó para invitarlo a Once Caldas, un equipo que luego ganaría la Copa Libertadores, y se llevó a muchos jugadores de la cantera del verde, pero Lucas se negó a más promesas. Su padre, apodado 'El Loco' Jaramillo, en ese momento, también lo presionaba para que definiera su futuro profesional, ya que él seguía financiando cosas como la gasolina para moverse en su auto.
El equipo de Atlético Nacional en el que Lucas Jaramillo estuvo era verdaderamente estelar. Compartió cancha y vestuario con figuras legendarias del fútbol colombiano:
René Higuita, entrenador de arqueros de Atlético Nacional. Colprensa.
Jaramillo se desempeñaba como volante 10, aunque hoy, con la perspectiva del tiempo, se define como un "falso nueve" (un volante con mucho gol). Su posición lo obligaba a competir con figuras de la talla de Alexis García, Neider Morantes o Totono Grisales, una tarea que él mismo calificó como "difícil".
¿Cómo le fue a Lucas Jaramillo con las figuras?
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Juan Pablo Ángel: Lucas forjó una "amistad" y un "click importante". Ángel fue una de las personas que más fuerza hizo para que Jaramillo se quedara en Nacional, siempre preocupado por su situación contractual. Incluso, cuando no regresó para la pretemporada, el '9' antioqueño fue el primero en llamarlo, indicándole que su "cuarto" lo esperaba. Así el hoy empresario lo describió como "espectacular" y destacó su disciplina intachable.
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René Higuita: Jaramillo recuerda una anécdota "muy bonita" con Higuita. En medio de comentarios sobre para qué ayudar a alguien que no lo necesitaba, 'El Loco' intercedió a favor de Lucas, diciendo: "a ese sería el que ya mismo le haría el contrato porque al revés, es el único huevón de todos nosotros que no tiene que estar aquí y está todos los días aquí a las 7 de la mañana cumplido juicioso". Esta muestra de apoyo quedó grabada en su corazón
Diego Osorio y Chicho Serna: Diego Osorio era su "pana del alma" y lo ayudó mucho en las pruebas. Osorio, recuperándose de una lesión, jugaba con Lucas en el equipo suplente y le daba el balón, animándolo a "llevarla para adelante" y a "perrearla", en lugar de solo devolverla. Esto obligó a Lucas a "demostrar" su talento. También mantuvo una cercania con Mauricio 'Chicho' Serna.
A pesar de estar rodeado de estrellas y tener buenas relaciones, Jaramillo confesó que durante su tiempo en Nacional, sentía que estaba "haciendo algo malo en [su] vida". Se sentía "medio vago" porque llevaba ocho meses entrenando sin un contrato o un sueldo. Su propio padre, de manera jocosa, lo llamaba el "vago de la casa". Sin embargo, esta experiencia, aunque emotiva, fue fundamental para el desarrollo de su pasión.
Finalmente, después de cerrar la puerta al fútbol y trabajar como gerente financiero en una constructora, Lucas Jaramillo haría un último intento a los 26 o 27 años, debutando en Santa Fe. Su padre, al ver su primer gol con Santa Fe, se emocionó hasta las lágrimas y le dijo: "Claro, te entiendo, te pido perdón, ese es tu sueño, hágale para arriba".