Lo que parecía imposible para el Deportivo Cali, teniendo en cuenta que su arranque en la Liga colombiana II-2021 no fue el mejor, terminó haciéndose realidad. Eso sí, no por casualidad, sino producto del trabajo, buen fútbol y de otros tantos factores, entre los que resaltan dos nombres: el del técnico Rafael Dudamel y del estelar jugador Teófilo Gutiérrez.
Tomar las riendas de un equipo, a mitad de camino, no es nada fácil y mucho menos cuando anímicamente está caída por los malos resultados que ha venido experimentando. Sin embargo, eso no fue excusa para el director técnico venezolano, quien, de entrada, asumió el reto con seriedad, responsabilidad y lo consiguió.
Además del cariño hacia la institución, ya que defendió sus colores de 1998 al 2001, ganando un título de Liga, también fue muy importante la vasta experiencia como entrenador, donde incluso dejó una enorme huella en la selección de su país, ya que sembró una semilla en la Sub-17, vio el crecimiento en la Sub-20 y recogió sus frutos en la Absoluta.
Cada uno de estos aspectos sumó para, de entrada, levantar al equipo vallecaucano, que se convenció de la idea, recobró la confianza y se la creyó, hasta el punto de, en la actualidad, estar en la anhelada final. Demostrando buen manejo de grupo, una clara estructura en la cancha, buena lectura de los partidos y demás, Dudamel reconquistó los corazones verdes.
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Si algo más le faltaba al estratega era regresar a su vieja casa para reconfirmar lo hecho como jugador y sí que lo hizo, al menos los resultados lo respaldan. Aunque siendo justos, también se le debe dar mérito a sus dirigidos, quienes han creído y respondido en cancha, o sino que lo diga Teófilo Gutiérrez.
Lo que parecía ser un 'tiro al aire', dio resultados. Para este segundo semestre, Deportivo Cali se la jugó por 'Teo', quien, por primera vez, vistió una camiseta diferente a la del Junior de Barranquilla, en Colombia, y respondió. Con 36 años, este 'crack' ha dado clases magistrales de cómo jugar al fútbol.
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Ya suma 23 partidos y nueve goles. Además de ser el eje del equipo en la cancha, oficiando como creativo, finalizador, organizador, en pocas palabras, el mandamás en el terreno de juego. Basta con ver lo que porta en brazo, gracias a su liderazgo, experiencia, voz de mando, claridad y ejemplo, se convirtió en capitán.
Por eso, así como le dimos gran porcentaje a Dudamel de este logro, no se puede dejar de lado a Teófilo Gutiérrez, que, desde su arribo, le dio ese salto de calidad tan necesario e importante para cualquier equipo. Es un distinto, un jugador especial, esa pieza que todos quisieran tener, pero solo uno tiene.
Marca la diferencia. Como expresó el propio entrenador venezolano: "me ha hecho mejor mejor director técnico". Esta dupla coincidió y se juntó para hacer historia. Ya han dado varios pasos importantes y están muy cerca de la meta principal que es, a final de año, gritar 'campeones', bordando una nueva estrella en el escudo del Deportivo Cali.
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