Ricochet tiene la capacidad de conectarse al instante con las personas que requieren asistencia terapéutica. Y sus resultados son extraordinarios.
Pocos tienen tan clara su misión como esta perra Golden Retriever de diez años, a la que su entrenadora Judy Fridono califica de alumna excepcional.
Pero sus inicios no fueron los mejores. Se la pasaba persiguiendo pájaros, recuerda Fridono. Era tal su energía, que le costaba concentrarse en su preparación como mascota de compañía.
El tiempo, sin embargo, se encargaría de ponerla en su lugar. En 2009, Ricochet saltó a una tabla de surf y, desde entonces, descubrió su gran capacidad para mantener el equilibrio y la calma.
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Ricochet no sólo adquirió destrezas para surfear, sino que se conectó de manera íntima con los pacientes, permitiéndoles experiencias únicas y maravillosas, tan profundas como solo un espíritu sosegado y libre podría entregar.
Todos quieren ir al encuentro de las olas con ella, la mascota surfista.
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Sin duda, una perrita ordinaria con un espíritu extraordinario.