Radicales lanzaron piedras, botellas y bengalas a la Policía, que detuvo a tres jóvenes. Es el quinto día de protestas contra condena a nueve líderes catalanes.
Los alborotadores tenían la intención de avanzar hacia la Jefatura de la Policía Nacional en Barcelona.
Los manifestantes levantaron barricadas, con contenedores de basuras volcados, y encendieron hogueras en medio de la calzada, tras las que se parapetaron para arrojar objetos a la línea policial.
Un fotógrafo que cubría la manifestación resultó herido en la cabeza por uno de los objetos lanzados contra la línea policial.
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Más de veinte furgones antidisturbios de la Policía Nacional se desplegaron para impedir el paso a los radicales, que arrojaron piedras, bengalas, elementos de pirotecnia, botellas de cristal y otros objetos contundentes.
Los agentes cargaron en varias ocasiones y dispararon salvas para dispersar a los manifestantes violentos, que retrocedieron por la intervención policial, pero volvieron a situarse al frente de la manifestación para reanudar sus ataques.
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Cataluña vive la quinta jornada de disturbios como protesta por la prisión de los nueve líderes independentistas, para quienes el Tribunal Supremo español dictó penas de entre 9 y 13 años por impulsar el proceso soberanista ilegal de 2017.
Además de las decenas de detenidos y heridos registrados hasta el momento se suman los daños urbanos causados por las algaradas, que el Ayuntamiento de Barcelona valora en 1,5 millones de euros.
Comerciantes, sector turístico y patronales empresariales avisaron de las graves repercusiones que pueden tener los disturbios para la imagen internacional de la ciudad y el resto de Cataluña, la llegada de turistas y la actividad económica general.