Las decenas de museos, universidades y mezquitas han hecho de ella un lugar conservador, pero dispuesto a recibir turistas de todo el mundo.
“Nuestros visitantes más frecuentes son rusos, alemanes y saudíes”, aseguró Sultan bin Muhammad Al-Qasimi, ministro de Comunicaciones de Sharjah.
Sus tradiciones no han impedido que esté dispuesta a abrirse a occidente. Allí también resalta el turismo familiar.
Esta ciudad de Emiratos Árabes recibe por estos días a líderes mundiales y expertos en comunicación.
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