Una parte del cerebro conocida como "amígdala" es la clave. Este punto es conocido como "el centro del miedo" por los científicos y, hasta ahora, se creía que al afectarse inhibe la capacidad de los seres humanos de sentir terror.
Sin embargo, científicos de la universidad de Iowa (en Estados Unidos) estudiaron el caso de una mujer con una rara enfermedad llamada Urbach-Wiethe, en la que esta amígdala "se marchita". Ella no presentaba reacciones ante películas de terror o la vista de animales como arañas o serpientes.
Los estudios dicen que los seres humanos sienten miedo y pánico cuando la "amígdala" detecta concentraciones altas de dióxido de carbono, mediante la detección de un aumento en la acidez de la sangre.
En el caso de la mujer sin miedo, los científicos supusieron que al tener la amígdala dañada no sentiría miedo después de inhalar el dióxido de carbono.
Sometieron a la mujer junto a otras personas con la enfermedad y sanas a que inhalaran un 35% de dióxido de carbono usando máscaras.
Sorprendentemente, los pacientes con la rara condición se asustaron más que aquellos que no la tenían, al "sentir que se estaban ahogando".
Para la mujer era la primera vez que sentía miedo desde niña.
Esto sugeriría a los investigadores que el cerebro tiene mecanismos diferentes para la generación del miedo, en respuesta a cambios físicos del cuerpo.
Ahora, el equipo utilizará otras técnicas para estudiar el tronco encefálico y la corteza insular, una región del cerebro involucrada en la conciencia corporal.
Updated: febrero 05, 2013 12:22 p. m.