"Cuando conocimos la enfermedad o nos dijeron que era la denominada piel de mariposa por lo frágil y las mariposas son frágiles. Tú las tocas se destruyen y así es la piel si la tocas muy duro causa mucho dolor”. Es el testimonio de Jessica Ramírez, una joven que a pesar de sus 23 años, una dolorosa enfermedad epidérmica la hacen ver como una niña.
Jessica sufre varias situaciones, entre ellas, la ropa le lastima y necesita una gaza especial para sentir alivio. Ese material, que impide que sus prendas no la lastimen, no se la entrega su EPS.
Por esta razón la Corte Interamericana intervino para que a la paciente se le ordene un tratamiento integral. Quince días tiene como plazo la entidad para que se le garanticen sus derechos.
Ella no niega que la EPS cumple con parte del tratamiento, pero espera que esta ocasión sea completo. Ella no aguanta el roce de la ropa y requiere un alivio. Además espera no repetir el viaje en Transmilenio para llegar a sus citas médicas, donde la incomodidad es evidente y prolonga su dolor.
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