Conozca la historia de estos niños y jóvenes en Cali que, junto a su "profe", le enseñan al mundo, una vez más, que una limitación física no impide alcanzar los sueños.
Para estos niños, el deporte es su felicidad. Aquí, la ausencia visual o auditiva no son impedimento para enfrentar importantes retos. Un ejemplo de ello es Brayan Tenorio.
“Si no existiera el deporte, chicos como yo estaríamos en la casa, encerrados, sin hacer nada. Pero, gracias al deporte, podemos mostrarnos, demostrar que sí podemos, que la discapacidad no es una incapacidad y que podemos lograr nuestros sueños”, dice Brayan.
A sus 14 años, Héctor Andrés Llondoño fue el primer niño ciego en cruzar la meta en la distancia 10k de la Media Maratón de Cali el año pasado.
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“Sentí mucha felicidad”, dice el joven deportista, quien ya acumula casi 20 medallas por sus participaciones en distintas competencias y asegura que busca acumular “mil”.
Detrás de estos resultados, hay un entrenador que hace parte del proyecto Deporvida de la Secretaría de Deporte y Recreación de Cali, que se concentra en la formación deportiva de estos niños y jóvenes de la capital del Valle del Cauca.
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“Cuando llegué con los niños, pues fue un cambio total para mi vida. Era un hombre que no tenía paciencia y con ellos aprendí a adquirirla, al igual que la perseverancia”, afirma Jáner Tafur, profesor de educación fisica que lleva 6 años en el programa.
Él es el motor de estos pequeños, pero, a su vez, ellos son su mejor ejemplo de tenacidad.
“No quisiera salir de la clases con ellos para que no se me desactive el chip de la armonía, la tranquilidad, de la paz”, asegura el entrenador.
Con los años, Jáner ha buscado, de manera creativa, guiar a estos chicos en este proceso deportivo.
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“Adapté un shaker, instrumento musical de percusión menor, a mis entrenamientos, para que los niños tengan mejorías en la parte auditiva y sepan dónde estoy y se guíen por dónde deben de corer”, explica Tafur.
Pero "el Profe", como le llaman sus pupilos, no está solo. El apoyo de las familias ha sido fundamental.
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“De pronto, cuando uno tiene un niño con discapacidad, piensa que se le cierran las puertas a muchas cosas, pero saber que ellos tiene la posibilidad es muy bonito”, señala Sandra Simachana.
Algunos de ellos que combinan la pasión por el deporte con el canto, hacen, de sus entrenamientos, momentos inolvidables para ellos y sus compañeros.
Son niños que aprecian cada oportunidad para ser felices, mientras nos enseñan la experiencia de vivir sin límites.