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Cada día salen de Turbo cerca de 800 migrantes, con miedo, pero con el mismo sueño: una mejor vida

Muchos se embarcan en lanchas, que salen del puerto de Turbo, con menores e incluso mascotas. “El futuro de los niños depende mucho de los padres, entonces cuesta sacrificio”, dice una mujer que viaja con sus cuatro hijos.

Cerca de 800 migrantes salen a diario de Turbo en busca de su sueño americano

Se agrava el drama humanitario para miles de migrantes que llegan al puerto de Turbo, en Urabá antioqueño, con la ilusión de pasar la espesa selva del Tapón del Darién para llegar a Estados Unidos. Son entre 600 y 800 personas que salen a diario de ahí con destino al Chocó.

Mientras aguardan por la travesía en la que huyen del hambre y las oportunidades, las calles aledañas al muelle se llenan de cambuches.

Kimberly Castro, una joven venezolana que salió de su país hace un par de meses en busca del sueño americano junto a sus cuatro hijos, su madre y otros familiares, ha caminado carreteras y cruzado riachuelos, para llegar a Turbo.

Reconoce tener “miedo, acuérdate que uno no sabe a qué se enfrenta y más cuando uno acarrea con cuatro vidas que dependen de uno”. Sin embargo, dice que “con la ayuda de Dios todo se puede”. Su meta es poder llegar a Estados Unidos porque “el futuro de los niños depende mucho de los padres, entonces cuesta sacrificio”.

Carmen Márquez, otra migrante venezolana que se aloja temporalmente en el borde de las calles de Turbo, cuenta que tuvo que dejar a “su familia, su gente, todo, sus amigos de todos los años, y es fuerte salir de su país a luchar en otro”.

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Cada 5 minutos, el puerto de Turbo y la terminal de transporte reciben vehículos cargados de extranjeros que, en su mayoría, sin conocerse, comparten el mismo temor y a la vez la misma ilusión, darle una mejor calidad de vida a sus seres amados.

William Darío Díaz expresa que siente “un poquito de miedo nada más, porque es arriesgar la vida por un sueño, claro. Vamos cuatro amigos”.

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Y mientras aguardan a salir de Turbo, hay quienes denuncian que les cobran hasta 160 mil pesos para poder tomar una lancha que los lleve del Urabá a Capurganá y así sumergirse en la selva del Tapón del Darién durante unos 10 días.

Sin embargo, otra cosa dice Camila Cardona, quien vende tiquetes. Según ella, el viaje cuesta “75 mil pesos con la tasa portuaria por persona” y afirma que desconoce por qué los migrantes afirman que les cobran el doble.

Agrega que el pasaje para Capurganá cuesta 95 mil pesos y que los niños “a partir de un año cuentan cómo pasajero, pero uno les cobra 50, 30 mil, dependiendo la edad”.

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