Una vez mitigada la emergencia por la contingencia en Hidroituango, inició la recuperación y conservación del segundo afluente más importante del país.
“Lo que hemos desarrollado con estos convenios, es primero es tener la capacidad de entendimiento y conocimiento y análisis de la situación para entonces si actuar sobre los resultados que vamos encontrando”, manifiesta Jorge Londoño De la Cuesta, gerente de EPM.
Londoño se refiere a un análisis detallado que permita tener claridad en las afectaciones al río, que fueron notorias durante los últimos meses, como la muerte de más de 60 mil peces, la decoloración del río y el bajo nivel.
“Lo que ha habido realmente es un cambio de régimen hidrológico de ecosistema, se está produciendo una laguna que circula el agua, pero que modifica la dinámica de los sedimentos, modifica la movilidad de las especies”, explica Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt.
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Aunque para ella las afectaciones del río no solo son consecuencia de la contingencia de la hidroeléctrica.
“Por eso le vamos a poner mucha atención a los temas de compensaciones, donde enfocar claramente las compensaciones para restaurar incluso ecosistemas que ya habían sido afectados hace muchos años por la presencia humana”, agrega.
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El convenio también incluye trabajo en las poblaciones aguas arriba del proyecto, donde gran parte de sus territorios fueron inundados.