La reapertura de nuevos sectores de la economía y las medidas adoptadas por el sistema de transporte por la pandemia del coronavirus, como la toma de temperatura, la verificación de documentos y la inscripción en la plataforma ‘Medellín me cuida’, aumentó la afluencia de viajeros en el metro.
Las largas filas en los accesos y plazoletas del sistema son cada vez más recurrentes, sobre todo en hora pico, cuando los viajeros deben esperar hasta una hora para subirse al medio de transporte.
“Me demoro media hora para ingresar, antes entraba casi derecho, tardaba cinco minutos”, comentó Javier Velásquez.
“Me piden la carta para ingresar al metro, la carta que me dieron en la empresa y a veces la cédula, no es todos los días”, añadió el usuario del metro.
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Pese a las molestias y retrasos que generan las filas, los pasajeros son conscientes de la importancia de las medidas de bioseguridad y los controles.
“Claro que valen la pena, para no seguirnos contagiando”, destacó Mary Luz Cardona, ciudadana.
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Sin embargo, la preocupación mayor es que el metro está a punto de alcanzar el límite habilitado para mover usuarios en la emergencia del coronavirus, que es del 35 por ciento, lo que podría repercutir en su cierre y afectar la movilidad de todo el Valle de Aburrá.