El asesinato de un compañero fue el detonante para que dos rutas del corregimiento de Altavista, en Medellín, prestaran el servicio de manera intermitente.
La principal hipótesis del crimen
es que fue cometido por un extorsionista.
Precisamente, a 150 mil pesos asciende la vacuna, como se le conoce a la extorsión, que deben pagar a diario los conductores de la ruta de Altavista para poder trabajar.
Así lo relata un conductor, que por su seguridad prefirió omitir su identidad.
“En el centro nos salen y páguenos hijuetantas o sino se mueren y nosotros, pues, estamos todos asustados porque somos padres de familia (...), ya hay seis compañeros, inclusive de los patrones de nosotros ya han renunciado dos”, dijo el conductor.
Pero la extorsión es un flagelo que no solo golpea a los conductores de buses, hay personas que deben pagar hasta por un paquete de arepas.
“Hay donde te cobran la pipeta de gas, te cobran los quesos, te cobran la leche, te cobran los huevos, la vigilancia, te cobran por tener una moto, por hacer una reparación en tu casa, por hacer un nuevo apartamento, te cobran por vender tu propiedad, tenés que pagar”, denunció Luis Fernando Quijano, experto en seguridad urbana.
El más reciente informe del Instituto Popular de Capacitación (IPC) habla de que sólo el comercio formal e informal del centro de Medellín paga por año cerca de 138 mil millones de pesos, sin contar periferia y otras comunas.
“Hay un grueso de los delitos que vienen siendo cometidos por menores de edad y se nos dificulta muchísimo más para la judicialización, segundo por la parte de las cuantías, pero ahí estamos en esa estrategia con el Gaula para poderlos poner en buen recaudo”, manifestó sobre ese delito el coronel Daniel Mazo, comandante operativo de la Policía del Valle de Aburrá.
En el caso de las dos rutas afectadas, la policía se reunió con los conductores y les prometió garantizar el acompañamiento a los recorridos de los buses.