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Lina Caro, víctima del conflicto que transformó su dolor a través del arte: "No existe el rencor"

La resiliencia de Lina Caro ha sido ejemplo de quienes la rodean, puesto que, a pesar de haber sido violada sistemáticamente por grupos al margen de la ley, ha logrado sobreponerse y curarse por medio del arte.

Lina Caro, víctima del conflicto armado que tomó las artesanías para superar su dolor

El conflicto armado en Colombia ha dejado un latente rastro en muchas comunidades del país. Lina Caro, una campesina de María La Baja, Bolívar, tiene en su cuerpo el rastro de la guerra, que desde temprana edad le mostró las injusticias de la vida ante la falta de oportunidades. Años después de tan oscura etapa, busca ayudar a otras víctimas al enseñarles un oficio que las dignifique.

Lina nació el 26 de septiembre de 1968. Relata que la violencia sexual contra ella comenzó a los 9 años y, una vez fue creciendo, esta fue exacerbándose lentamente.

"Fui violada masiva y sistémicamente por grupos al margen de la ley. Fui empalada y ahora estoy luchando con el cáncer, al que también sé que le voy a ganar la batalla", comentó Caro.

Los abusos venían de la mano de la recrudecida pobreza y discriminación que sufría por ser miembro de una comunidad afro. A pesar de ello, nada la detuvo, y decidió capacitarse para salir adelante.

La psicóloga social July Martínez asegura, de primera mano, que Lina es una mujer empoderada, con gran incidencia dentro de su comunidad, "que conoce sus derechos y sabe cómo reclamarlos".

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Con su llegada a la Fundación El Buen Pastor comenzó a reponerse de las imborrables huellas que dejó en ella la violencia, para comenzar a construir la fortaleza que le ayudaría a reintegrar su proyecto de vida.

Marlin Camargo, coordinadora de la fundación, resaltó que la lideresa se destaca por su resiliencia, compromiso y disciplina, lo que acompaña, sobre todo, con su fe y amor por Dios.

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Dentro de la institución, recibió un nuevo inicio, en el cual aprendió un oficio que le permite vivir con dignidad. Ahora, intenta replicar esa experiencia de renacimiento con otras víctimas para poder darles a ellas una oportunidad de salir adelante.

Lina convirtió su taller de artesanías no solo en un espacio para transferir su conocimiento, sino también en un lugar para desenterrar las aflicciones del pasado por medio de las texturas, los colores y los diseños.

Rosa María Ortega, alumna del taller, asegura que de ella ha aprendido a hacer bolsos y otras artesanías de la mano de Lina, destacando que es una buena profesora y, más importante, una buena persona.

"Aquí no solamente se está colocando cualquier pedacito de tela, aquí se están uniendo emociones basado en mi estado de ánimo, empiezo y lo voy mejorando", señaló Lina.

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Esta terapia curativa le ha dado paz, felicidad y salud emocional, admitiendo que en este momento no tiene rencor en su corazón, pues ha aprendido a perdonar.

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