Sucede en San Zenón, donde la dura sequía ha afectado a quienes viven de la pesca y la agricultura. Los que sí se han beneficiado son los areneros.
Los habitantes de este municipio piden una solución para que las embarcaciones puedan volver a navegar por el río Magdalena, por el que hace solo cuatro semanas había fuertes corrientes.
Pero ante la evidente disminución del caudal, donde solo se aprecian algunos charcos, hay quienes han aprovechado la evaporación del río para extraer material de construcción.
La emergencia por la sequía se padece en seis poblaciones de ese departamento.
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En el sur de Bolívar se vive una situación similar, pero en las riberas del río Cauca.
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