Después de tres años de un accidentado proceso, el Consejo de Estado resolvió la demanda en contra de la reelección del procurador Alejandro Ordóñez.
A lo largo de su vida pública este santandereano de 61 años se ha caracterizado por sus posturas tradicionalistas, en muchas ocasiones polémicas.
El 13 de mayo de 1978, junto con otras figuras conservadoras de Santander, Ordóñez protagonizó en el parque San Pio X la quema de publicaciones consideradas “indecentes”. Dentro de los libros calcinados se contaron obras del nobel Gabriel García Márquez, Juan Jacobo Rousseau, Federico Nietzsche y Carlos Marx, así como varias revistas pornográficas.
Años después inició carrera como seminarista, en la que duró año y medio, luego de conocer a quien sería su esposa, Beatriz Hernández de Ordóñez. Del matrimonio son tres hijas: María Alejandra, Natalia y Ángela María.
En 1982, Ordóñez y varios copartidarios fundaron la “Sociedad tradicionalista colombiana”. Su ascendente protagonismo en el plano político le valió su acceso al Consejo de Bucaramanga, donde estuvo entre 1986 y 1989.
Tras su paso por el cabildo dio inicio a su carrera judicial, desempeñándose como conjuez, magistrado y presidente del Tribunal Administrativo de Santander.
En el año 2000 llegó al Consejo de Estado, el cual pasó a presidir cuatro años después. Entonces, ordenó cambiar de su despacho el retrato de Francisco de Paula Santander por un crucifijo.
Tras la publicación en la revista Soho de semidesnudos que parodiaban la última cena con un texto del escritor Fernando Vallejo, Ordóñez montó en cólera y demandó a la publicación. Era 2005. La investigación fue archivada un año después.
Updated: septiembre 08, 2016 05:11 a. m.