Agentes de inteligencia de la policía de Cundinamarca llegaron a un billar en el municipio de Soacha la noche del jueves y encontraron a 23 personas, entre ellas dos menores de edad, que se encontraban jugando e ingiriendo licor, y algunos estupefacientes, mientras rige el toque de queda y la cuarentena por cuenta de la pandemia del coronavirus .
Intentando justificar su presencia en este lugar, los menores de edad dieron varias excusas. Uno aseguró que le estaba entregando una ropa a un amigo, otro que no había notado la hora y uno más se mostró asustado porque “mi mamá no sabe, no sé cómo vaya reaccionar, la verdad”.
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Sabiendo que las reuniones están prohibidas para evitar propagación y contagio del coronavirus, la dueña del lugar le dijo a Noticias Caracol , en medio de la angustia por el operativo: “Ya llevamos tantos meses aguantando hambre que en pensamos abrir, pues para la comida y todo. Tengo deudas en el banco”.
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Ahora, tendrá que pagar las consecuencias de su desobediencia. Por tratar de ganarse el sustento, su hijo, administrador del lugar, fue capturado, la mercancía incautada y el billar terminó sellado.
¡Irresponsables! En plena cuarentena los pillaron jugando billar y tomando licor - https://t.co/6i7ID6Be72 pic.twitter.com/2EhzWkZAW0
— Noticias Caracol (@NoticiasCaracol) July 17, 2020
Otros de rumba
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El segundo objetivo del operativo fue un bar ubicado en el cuarto piso de una casa. Allí, un hombre controlaba la entrada a la vivienda, para evitar el ingreso de uniformados, mientras adentro había varias personas de rumba.
“Tenemos un establecimiento que está ubicado en un 4 piso y, además, tiene cámaras desde el ingreso de la calle, lo que no permite que el Policía o uniformado puedan realizar controles porque lo ven llegar e inmediatamente apagan todo”, explicó el coronel César Ovidio Castro, comandante Policía de Cundinamarca.
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A diferencia de la dueña del billar, que dijo que abría por necesidad, estos sujetos lo hicieron por romper las reglas, por la adrenalina de hacer lo que está prohibido. Sin embargo, ambos ponen en riesgo la vida de los participantes y, de paso, las de sus familias y de quienes les rodean.
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“Son conocidos míos, no hay nada. Obvio son amigos y otros son amigos de los amigos”, dijo el dueño del bar.
En total fueron 38 personas sancionadas con multas de $960.000, 3 menores de edad puestos a disposición de la Policía de Infancia y Adolescencia y tres capturados que enfrentarán a la justicia.
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