La norma data de 1890. Según el Alto Tribunal la palabra desconoce la dignidad de los nativos, así como la diversidad étnica y cultural.
Decía que había que reducir a los a los salvajes a la vida civilizada y clasifica a los indígenas salvajes semisalvaje y civilizados”, dijo Luis Fernando Arias, representante de la ONIC.
“Hemos sido estigmatizados por esa palabra, pero se ha evolucionado en afirmaciones positivas”, indicó Robinson López del pueblo Inga.