La ingeniera mecánica y docente de la Universidad Autónoma de Occidente, Sandra Arce, desarrolló un material que puede regenerar los huesos o tejido óseo y estimular la aparición de vasos sanguíneos. Esta invención fue patentada por la Superintendencia de Industria y Comercio.
“Básicamente es un desarrollo de un material que va a ser aplicado en fracturas pequeñas en los huesos, este material tienen una composición similar al tejido óseo. No está diseñado para soportar cargas pesadas, es decir que no puede colocarse el biocompuesto en partes donde deba soportar el peso de todo el cuerpo”, afirmó Arce.
El biocompuesto cerámico será una solución al problema de pérdida de tejido óseo y podrá ser utilizado en cualquier persona bajo la decisión del médico que utilizará el producto.
“Los médicos tienen unos criterios de inclusión y exclusión. Por ejemplo, en la fase experimental no se le puede aplicar a personas que tengan problemas de alcoholismo o con el consumo de tabaco porque no son personas muy sanas, al igual que los diabéticos, pero en principio se podrá utilizar en todas las personas, se basará en el criterio del médico”, agregó la ingeniera.
La docente Arce, quien fue elegida por la Gobernación como la vallecaucana del año en el 2014 en la categoría 'Cienfítica', inició las investigaciones de este biocompuesto desde el 2008.
“Después de haberse obtenido el biocompuesto en el laboratorio de la universidad se comenzó a realizar pruebas en conejos y ratas, porque así lo exigen las normas internacionales, en ese momento se vinculó el implantólogo oral, Carlos Valencia Llanos”, comentó.
Además, confirmó que “actualmente se está aplicando en odontología y ortopedia, este último con el ortopedista y traumatólogo, Andrés Machado, del Centro Médico Imbanaco de la ciudad”.
En la actualidad, los bancos de hueso son otra de las opciones, pero los costos son altos, no hay suficientes recursos y a algunos pacientes les incomoda la idea que se utilicen estos injertos, explicó la investigadora.
Según la docente, el material saldrá con un precio económico porque lo ideal es que pueda ser utilizado en personas de bajos recursos.
“Me siento muy orgullosa y satisfecha de haber encontrado un desarrollo a un problema social real pero lo más importante para mí es que esta investigación me permite enseñarle a mis estudiantes y motivarlos porque los ingenieros damos soluciones a problemas reales”, enfatizó.
El paso siguiente al obtener la patente es promocionarla para lograr que una empresa del sector salud se interese y pueda licenciarla para su fabricación y comercialización.
Updated: marzo 09, 2015 06:22 a. m.