Los pequeños, de una vereda de Sogamoso, podrán seguir así su camino en la música, lo que los hace muy felices.
Hace siete meses se conoció la historia de una orquesta de niños, en una vereda de Sogamoso, que tocaba instrumentos hechos de palos y cartón. Hoy la vida les dio una sorpresa porque ya tienen instrumentos de verdad.
Una de las más emocionadas era Karen Sofía, a quien tocar con instrumentos de cartón ya le parecía una experiencia transformadora.
“Nos ha cambiado mucho la vida, porque en vez de uno estar en la calle estamos haciendo una actividad que es sana", dice.
Publicidad
Ahora, con los de verdad, sabe que la música seguirá con ella por muchos años más.
Al tocar los nuevos violines de madera y cuerdas, la felicidad pasa a ser un sentimiento indescriptible que ratifica al arte como un pilar transformador de vidas, y por lo tanto, de sociedades.
Publicidad