Andrés Corson, pastor de la iglesia El Lugar de su Presencia, cuenta cómo es hablar para una cámara en una iglesia vacía.
El predicador afirma que lo más difícil ahora es “dirigir la alabanza, porque lo que la hace especial es que toda la Iglesia está cantando”.
“Nos toca creer que la gente en las casas está alabando”, reconoce.
Asimismo, señaló que “lo que motiva a hablar es la respuesta de la gente”, por lo que “predicarle a una iglesia vacía y a una cámara no ha sido fácil”.
Publicidad
También expresó cómo este confinamiento por el coronavirus ha llevado a muchos a acudir a Dios.
“Nadie es ateo en medio del fuego, es algo que Dios está usando para que la gente que no creía en Él lo esté buscando”, señaló.
Publicidad
Instó, además, a “dar gracias. Es uno de los principios bíblicos más importantes”, sin importar la adversidad.
El pastor Corson también resaltó la frase que dijo el papa Francisco el Domingo de Ramos: “Quien no nace para servir, no sirve para vivir”:
“Muchos están aplicando esa frase, están dando su vida por los demás, se oyen historias muy bonitas de personas que han entregado sus salarios, médicos que arriesgan sus vidas enfrentando esta enfermedad”, recalcó el religioso.
Sobre los casos de violencia intrafamiliar que se han incrementado con la cuarentena, consideró que “las peleas que hay ahora es porque no estaban acostumbrados a vivir juntos y empezó a salir lo peor que había en ellos”.
Publicidad
Por eso hizo un llamado a la compresión y a pedirle perdón al otro mientras se supera la pandemia del COVID-19 .
Publicidad