El embalse, que costó $9.300 millones y surtiría agua potable a 20 mil santandereanos, colapsó con el primer llenado en junio de 2016. Responsables no aparecen.
La obra fue contratada a finales del 2011 y ejecutada entre el 2012 y 2015, pero nunca logró cumplir su objetivo, captar agua potable para el municipio.
"Ciento cincuenta mil metros cúbicos nos garantizada en épocas de verano, tener cerca de 90 días de autonomía en nuestro acueducto", explicó el alcalde de Vélez, Leonardo Pico, sobre lo que se esperaba de la represa La Batanera, que hoy solo es un gigantesco cráter cubierto con plástico.
"No hemos podido lograr el resultado de saber quién se llevó la plata, hablémoslo claro, quién se la robó, y nosotros seguimos sin agua", lamentó Darío González, habitante del municipio.
La Controlaría de Santander realizó auditorías a contratistas, a la interventoría y a la supervisión de la obra, contratada por una empresa departamental, pero, según el contralor Diego Frank Ariza, “prácticamente la plata se perdió en su totalidad”.
“Esta es una obra, que lo hemos manifestado dentro la Contraloría, se ha convertido en un elefante blanco para el departamento de Santander y lo más complicado es que este elefante blanco ha tenido que seguir siendo alimentado por algunos convenios”, agregó.
Comerciantes y veleños afectados
Uno de los sectores económicos más afectados es el del bocadillo veleño.
Según el empresrio Giovany Rodríguez, "una fábrica como la de nosotros consume 10 mil litros de agua diarios, entonces ¿de dónde la vamos a sacar? Para sacar 10 mil litros es difícil".
Esley Narvaez, funcionaria la empresa de servicios públicos de Vélez (Emprevel), explica que el servicio es intermitente, "día por medio exactamente, excepto en las zonas altas donde a veces las mismas redes no lo permiten, por eso se han utilizado carrotanques".
Updated: abril 05, 2018 02:18 p. m.