Humberto Correa Gómez confesó que tiene miedo y, sobre todo, en un país donde han sido asesinados más de 3.000 sindicalistas en las últimas décadas.
Entre los perfilamientos ilegales realizados por inteligencia militar, denunciados por la revista Semana, aparece el nombre de Humberto Correa, líder sindical de la Confederación de Trabajadores que, con 65 años, ha dedicado toda su vida a lucha por los derechos humanos.
Aparece con carpeta propia en el Ejército por su lucha de 43 años en el Movimiento Sindical Colombiano. Hoy evalúa si debe salir del país con su esposa y su hijo.
“Sería muy importante y refrescante para la democracia que se llevara a cabo una investigación que esclareciera tan graves hechos. Mi familia todos nos sentimos intimidados, estamos en un momento de crisis”, dice Humberto Correa Gómez, secretario de Derechos Humanos de la CGT.
Publicidad
Para él estos rastreos ilegales tienen todo que ver con su rol como Secretario de Derechos Humanos de la Confederación Nacional de Trabajadores (CGT) y, en particular, por su trabajo sobre la violencia ejercida por distintos actores en medio del conflicto contra los representantes del sindicalismo en Colombia.
“Dentro de mis actividades fundamentalmente está el tema de reparación colectiva al movimiento sindical. Yo estoy liderando por parte de la Central el tema de víctimas, que es un informe que estamos haciendo a la Comisión de la Verdad”, cuenta Correa.
Publicidad
Crímenes contra el sindicalismo
Colombia tiene una larga tradición de crímenes contra sindicalistas. Desde 1973 han sido asesinados 3.265, de los cuales 2.929 eran hombres y 336 mujeres.
Tan solo en la CGT se han documentado 492 hechos de violencia discriminados así: 175 amenazas, 173 homicidios, 55 intimidaciones, 32 secuestros, 17 atentados, 9 desapariciones, 8 exilios, 4 lesiones personales, igual número de torturas y desplazamientos y 11 detenciones arbitrarias.
Las regiones donde el sindicalismo ha sido más criminalizado son Arauca, Valle del Cauca, Magdalena, Antioquia, Norte de Santander, Atlántico, Casanare, Sucre, Meta, Cesar y Bogotá.
Publicidad
En un país con semejantes antecedentes, dice Humberto Correa, el miedo que siente hoy es más que comprensible.
Publicidad