Paúl Rivas era uno de los fotógrafos más experimentados del Ecuador. Llegó a este oficio por el amor que su padre le inculcó.
"Honestamente duele ver como los secuestradores no mataron a un ecuatoriano, a un periodista; no se dan cuenta lo que le quitaron a este mundo, a un gran ser humano y a un gran profesional que dio su vida por la pasión del periodismo y eso es lo que le hace ser grande".
Profundamente adolorido, Ricardo, su hermano, contó tras una vigilia en la que le rindieron un tributo al equipo de El Comercio, que su hermano sabía que era difícil ir a la frontera, pero que tenía un compromiso con su oficio de contar lo que allí estaba sucediendo.
"Le abracé, le dije que tuviera mucho cuidado, fue tranquilo. Incluso dijo ya regreso para festejar el cumpleaños de su novia que era la siguiente semana, el de su hija fue la siguiente y el de él era en quince días", lamentó.
Paul iba a cumplir 46 años y no pudo estar con los seres que más amaba en la vida, por entregarse a lo que más quería, el retrato de las historias de la gente afectada en una zona donde impera la ley del más fuerte.Vea también:
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Updated: abril 15, 2018 03:02 p. m.