Grupos armados impiden que, a través del río, lleguen alimentos a indígenas y afros del Bajo Atrato. Como si fuera poco, los resguardos están minados.
“Las comunidades quedan dentro de la comunidad sin posibilidad de salir a buscar los alimentos”, asegura Roberto Carpio, líder de la comunidad Wounan.
Y la única forma de traspasar ese cerco, que han impuesto los grupos armados, es a través de misiones humanitarias.
Entretanto, los combates han generado nuevos desplazamientos al municipio de Riosucio, que ya no sabe qué hacer con tantas víctimas.
“Queremos señor presidente y señora ministra que nos miren, que nosotros también hacemos parte de Colombia”, les recuerda a los gobernantes Eliécer Ortiz Peita, docente que denuncia con tristeza la falta de inversión en la educación.
Noticias Caracol llevo estas denuncias a la alta consejería para las regiones, pero no obtuvo respuesta.
Comunidades afro e indígenas enfrentan como pueden la emergencia humanitaria y continúan resistiendo el confinamiento en sus territorios a la espera de que algo cambie en este pueblo fundado hace 500 años, pero olvidado desde siempre.
Updated: septiembre 28, 2018 10:19 p. m.