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A tan solo seis meses de que ruede el balón en el Mundial 2026, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado un nuevo aviso que complica la logística para miles de aficionados, en especial los europeos que serían los más afectados con la medida. En un movimiento que refuerza su política de 'fronteras seguras', la administración estadounidense tendría pensado endurecer los requisitos del Sistema Electrónico de Autorización de Viaje (ESTA), herramienta indispensable para los ciudadanos de 42 países.
La Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), bajo el mandato directo del Departamento de Seguridad Nacional, propuso una modificación sustancial en el formulario de ingreso. A partir de ahora, cualquier viajero que desee pisar suelo norteamericano bajo el programa de exención de visa deberá proporcionar, de manera obligatoria, su historial de actividad en redes sociales de los últimos cinco años.
Esta medida, amparada en la Orden Ejecutiva 14161 firmada en enero de 2025 para la 'Protección de Estados Unidos contra Terroristas Extranjeros y Otras Amenazas a la Seguridad Nacional y Pública', busca realizar un filtrado ideológico y de seguridad sin precedentes en un evento deportivo de esta magnitud.
La decisión, que afecta a naciones como Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y España, promete tener un impacto significativo. Los hinchas, que planeaban su desembarco masivo en las sedes estadounidenses, podrían enfrentarse ahora a la incertidumbre de qué tipo de contenido podría ser motivo de veto.
Hasta el momento, el gobierno norteamericano no ha especificado qué criterios exactos se utilizarán para denegar la entrada basándose en publicaciones de plataformas como X, Instagram o Facebook, dejando un amplio margen a la discrecionalidad de los agentes fronterizos.
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Este paso más de Trump añade una capa extra de burocracia, previo al torneo que organizan junto a México y Canadá. Mientras la FIFA de Gianni Infantino mantiene silencio frente a esta barrera digital, las agencias de viaje y las federaciones nacionales comenzarán a alertar a los seguidores del fútbol de que el partido más difícil para llegar al Mundial podría jugarse meses antes, frente a una pantalla de ordenador, revisando qué publicaron en el último tiempo.
Para los aficionados, el sueño americano del 2026 ahora tendrá un precio: su privacidad digital. Esta medida golpearía los intereses de los europeos de asistir al certamen, para el que son los principales favoritos y son una gran población, que de perderse el torneo, impactarían en gran medida las cuentas que se hacían en algún momento de la cantidad de boletas que se preveía que serían vendidas.
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