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Robinho, exjugador 'carioca', actualmente cumpliendo una condena en la penitenciaria P2 de Tremembé (São Paulo), ofreció una grabación en la que describe con detalle cómo transcurre su rutina carcelaria y aseguró que no disfruta de ningún tratamiento especial ni privilegio distinto al del resto de los internos.
Robinho había sido declarado culpable de una violación en grupo contra una mujer albanesa en 2013. La sentencia, emitida por la justicia italiana y ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Brasil en el mes de marzo de 2024, fue de nueve años de prisión.
En el vídeo, difundido por el Consejo Comunitario de Taubaté, Robinho muestra que su alimentación, horario de sueño y actividades son exactamente los mismos que los de los demás presos: "Mi dieta y mi horario de sueño son iguales a los de los demás. Nunca he comido nada diferente ni he recibido un trato distinto", afirmó.
Así mismo, comentó que tiene permitido jugar al fútbol únicamente los domingos, cuando no hay actividades laborales en la cárcel. También puntualizó que las visitas familiares se realizan bajo las mismas normas que para todos los internos y negó rumores sobre ejercer algún tipo de liderazgo interno: "Han dicho mentiras de que soy líder o tengo problemas psicológicos. Nunca tuve eso ni tomé medicación. Es difícil estar preso, pero gracias a Dios mantengo la cabeza fría", sostuvo.
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La P2 de Tremembé es conocida por alojar presos de alto perfil, lo que generó especulaciones sobre un posible trato diferencial hacia Robinho. En ese sentido, el exfutbolista se encargó de descartar esa idea al enfatizar que “acá se busca reeducar y resocializar. Los guardias mandan, y los presos obedecemos” y que no goza de ningún beneficio especial.
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En 2022, la justicia italiana pidió su extradición a ese país, sin embargo el gobierno brasileño no la aceptó, por una prohibición en la constitución de entregar a sus propios ciudadanos. Desde entonces se encuentra recluido en territorio brasileño pagando por el delito que cometió.
Desde su retiro del fútbol en 2020, su último club fue el Istanbul Basaksehir de Turquía, Robinho todavía no abandona su relación con el deporte, en la cárcel participa en partidos en una cancha de tierra.
Sus declaraciones representan un intento claro por mostrar que no existen privilegios especiales en su confinamiento, en un contexto en el que su figura pública y su pasado deportivo generaron algunas expectativas diferentes. Al describir su rutina y negar trato diferencial, el exjugador se posiciona ante la opinión pública como un recluso “más”, sometido a unas reglas normales, y busca desactivar los rumores de favoritismo.