El entrenador de la Selección Colombia,Néstor Lorenzo, se refirió recientemente a las extremas condiciones que enfrentó la ‘tricolor’ en El Alto, Bolivia, al jugar a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Entre las experiencias que relató, una de las más impactantes fue el estado crítico de salud que sufrió el chef del equipo, quien debió ser hospitalizado durante tres días.
“Lo del Alto fue tremendo, con un tubo de oxígeno al lado, como si fuera una epidemia. Nuestro chef estuvo tres días internado y casi se muere”, expresó Lorenzo en el podcast 'Clank!', evidenciando la gravedad de los efectos que puede tener la altitud extrema en personas no aclimatadas.
Jugar en altitudes extremas como las de El Alto representa un reto físico significativo. A esa altura, la presión atmosférica es mucho menor, lo que reduce la cantidad de oxígeno disponible para el cuerpo. Puede provocar dificultad para respirar, mareos y fatiga severa; además que las capacidades físicas disminuyen drásticamente, y los no aclimatados pueden sufrir complicaciones serias en cuestión de horas.
Aunque Lorenzo comentó que su experiencia personal no fue tan severa debido a que vive en Bogotá (a 2.600 metros sobre el nivel del mar), el caso del chef es un claro ejemplo de cómo estas condiciones pueden ser letales para quienes no están preparados.
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El técnico también comparó esta experiencia con otros escenarios difíciles que le ha tocado enfrentar en su carrera. Recordó cuando su equipo jugó en Arizona bajo temperaturas de 47 grados, entrenando en carpas improvisadas. Sin embargo, la altura de El Alto marcó un desafío mayor.
“Aunque yo no corrí, lo sufrimos. Pero no es momento de llorar, si ya está habilitado”, declaró, en referencia a la recuperación del chef y a la mentalidad de resistencia que busca inculcar en el equipo.
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Las palabras de Lorenzo dejan en claro que el fútbol va más allá del talento o la estrategia en la cancha; es un deporte profundamente influenciado por las condiciones geográficas y climáticas de cada región. En este caso, la experiencia en El Alto puso a prueba no solo la preparación física, sino también la fortaleza mental del equipo, que se vio forzado a enfrentar una situación extrema que, según Lorenzo, “fue tremenda”.