Evelyn Shawn recibió una de las mejores noticias luego de haber estado, desde que inició la pandemia del coronavirus, sola en su casa y sin poder acercarse a sus hijos o nietos. Un médico autorizó a esta abuelita vacunada para que volviera a abrazar a los suyos.
Ella vive en un apartamento en el Bronx, Estados Unidos.
“Fue muy difícil saber que estaba sola en su apartamento, día tras día. Nunca ver a nadie, nunca abrazar a nadie, nunca tocar a nadie”, dijo su nieta mayor, Ataret, a Inside Edition.
Su hija, Laura Shaw Frank, contó que antes de la pandemia su mamá acostumbraba a ir a "cenar. Se sentaba en el sofá con un nieto a cada lado y los otros dos se colgaban de ella y la amaban, y pasaban tanto tiempo con ella".
Ambas ya recibieron las dos dosis de la vacuna COVID-19 y Evelyn la primera.
En su calendario había anotado “libre al fin” el día que le aplicaron la primera inmunización, pero “no me sentía libre”.
Su familia habló con un médico y él no lo dudó: escribió una receta en la que le daba una autorización muy clara a esta abuelita. “Se le permite abrazar a su nieta”, sentenció.
Con la prescripción en mano, madre e hija fueron hasta la casa de Evelyn con el deseo de que ese papel despejara sus dudas y volviera a estar cerca de los suyos.
Y así fue, se fundieron en un abrazo en el que las lágrimas fueron inevitables.
"Se te permite abrazar a tu nieta. Qué declaración. Qué declaración", dijo la abuelita radiante, que ahora cuenta las horas para reunirse con sus otros seis nietos.