No se sabe en qué punto geográfico terminará exactamente y muchos sienten miedo. Sin embargo, científicos creen que el riesgo es mínimo.
El laboratorio Tiangong- 1 (palacio celestial en mandarín) era la punta de lanza del proyecto espacial chino. Lanzado a la órbita en 2011, hacía parte del programa para tener puertos en el espacio del gobierno de Pekín.
La estación estaba diseñada para estar algunos años en órbita y luego ser sacada de forma controlada para que cayera en el Océano Índico. El problema fue que en 2016 los chinos perdieron todo contacto y control de de la estación.
Por eso es que el cuerpo artíficial, del tamaño de un bus, está entrando a la atmósfera terrestre sin control alguno. Además, ya que el gobierno chino tiene un seguimiento limitado de sus objetos espaciales, no hay un punto de caída específico. Solo se sabe que este podrá descender en una zona que comprende desde el Mar Mediterráneo hasta la isla de Tasmania.
A pesar de que en dicha franja viven miles de millones de personas, la oficina de Ingeniería Espacial China le ha restado importancia al hecho. Incluso han dicho que esperan que la mayoría del artefacto se queme en su entrada en la atmósfera.
“No se estrellará ferozmente contra la Tierra, como en los escenarios de películas de ciencia ficción, sino que se parecerá más a una lluvia de meteoritos”, afirmó la oficina.
El riesgo disminuye aún más ya que la mayor parte de la posible zona de impacto está conformada por cuerpos de agua.
Aunque aún hay posibilidades de que el artefacto caiga en un centro urbano, el verdadero peligro está en los elementos tóxicos que podría emanar, ya que pueden afectar a los humanos tan solo inhalando sus vapores. Por esto, países como Portugal hacen un completo seguimiento a la llegada de Tiangong-1.
Updated: marzo 30, 2018 07:55 p. m.