El embajador de Colombia en EE. UU. admitió que, aunque "las sanciones están cumpliendo su papel, todavía no han logrado el punto de quiebre".
"Todos hicimos un cálculo equivocado de que esto se resolvía más rápidamente de lo que todos pensábamos", aseguró Francisco Santos en un encuentro con un reducido grupo de periodistas en la embajada colombiana en Washington.
En concreto, Santos, que fue vicepresidente de Colombia en la presidencia de Álvaro Uribe (2002-2010), mencionó que "se subestimó la capacidad de Maduro de quedarse; se subestimó la capacidad de Maduro de proteger solo su entorno, que es Caracas, y con el resto de país que pase lo que sea".
Tampoco se valoró lo suficiente, agregó el embajador, "la capacidad de reacción de la misma economía venezolana, que está dolarizada, y que en ese sentido se empiezan a encontrar cosas que hace un año no encontraba, pero en dólares", lo que va a poder "satisfacer un sector muy pequeño de la población".
Por último, señaló que aunque "las sanciones están cumpliendo su papel, todavía no han logrado el punto de quiebre, y eso es lo que se sigue buscando".
Santos, que fue vicepresidente de Colombia entre 2002 y 2010 y es embajador en Washington desde julio de 2018, reiteró su apoyo al líder opositor, Juan Guaidó, como referente pese a la pérdida de impulso en el intento de sacar a Maduro del poder.
"Todavía creemos que la fuerza de Guaidó, la legitimidad de Guaidó, su capacidad de conectarse, su trabajo siguen siendo válidos y necesarios", afirmó.
Aunque "el objetivo fundamental, que es la salida de Maduro, todavía no se ha logrado", recalcó que "sí se han logrado muchísimas cosas que hace un año jamás pensamos que se fuesen a lograr".
"Hace un año no había nada, hoy hay un líder de la oposición reconocido por 60 países, eso ya es un paso importantísimo. Hoy la legitimidad de la democracia venezolana está sustentada sobre la Asamblea, el Congreso legítimamente constituido. Hoy el aislamiento de Maduro es muchísimo mayor que el que había hace un año", enumeró.
Para Santos, su papel como embajador en Washington es "mantener la urgencia (...) y que Venezuela siga siendo parte fundamental de la agenda exterior en Estados Unidos", algo que aseguró continúa con contactos habituales con Elliot Abrams, el enviado especial del Departamento de Estado para Venezuela y con Mauricio Claver-Carone, asesor principal de la Casa Blanca para Latinoamérica.
Como ejemplo, subrayó que más de una veintena de legisladores del Congreso de EE.UU. han visitado el último año la frontera colombo-venezolana, además del secretario de Estado, Mike Pompeo; y la asesora e hija del presidente, Ivanka Trump.
Desde su llegada a la Casa Blanca en enero de 2017, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha elevado la presión sobre Caracas y ha impuesto sanciones económicas a más de un centenar de funcionarios y altos cargos cercanos al presidente Maduro, entre ellos su esposa, la primera dama Cilia Flores.
Asimismo, ha tenido como objetivo la principal fuente de ingresos de Venezuela, el petróleo, con sanciones contundentes contra la petrolera estatal PDVSA.
Venezuela atraviesa un prolongado periodo de tensión política desde el pasado enero, cuando Maduro juró un nuevo mandato de 6 años que no reconocen la oposición ni parte de la comunidad internacional y, en respuesta, Guaidó, presidente de la Asamblea de Venezuela, se proclamó mandatario interino del país.
EE.UU. fue la primera nación en reconocer a Guaidó como jefe de Estado interino, al que luego se sumó medio centenar de países, entre ellos la mayoría de América Latina.
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Updated: diciembre 16, 2019 04:08 p. m.