La inauguración forma parte de las celebraciones del bicentenario de la batalla de Waterloo, que comienzan mañana en esa localidad cercana a la capital belga con presencia de los reyes Felipe y Matilde de Bélgica y representantes de otras monarquías europeas.
Bélgica conmemora desde mañana el bicentenario de la batalla de Waterloo en 1815, en la que Napoleón fue derrotado por las tropas británicas, holandesas y alemanas, y a lo largo de los próximos tres meses organizará diversas actividades en esa región con las que esperan a traer más de 200.000 turistas.
La renovación del lugar histórico ha sido cofinanciada con un millón de euros procedentes de Bélgica y otros 1,5 millones de fondos británicos, según la agencia Belga.
Un comité ha recolectado además donativos y aportaciones procedentes de patrocinadores, lo que ha permitido la reapertura de la puerta del oeste, que desempeñó un papel muy importante en la histórica batalla y permanecía cerrada desde en 1840.
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Un grupo de artesanos británicos se han encargado de reconstruir la puerta del norte, bloqueada por los soldados británicos cuando los franceses intentaban irrumpir en la granja fortificada.
Para ello han utilizado material cedido por la familia del teniente coronel Henry Wyndham, uno de los diez hombres que cerró la puerta, según Belga.
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En el combate para recuperar el edificio bajo poder del ejército inglés murieron entre 2.000 y 2.500 soldados franceses y británicos.