El Cervino, una emblemática cumbre en la frontera con Italia, representa cada noche "un signo de solidaridad" en este período de cuarentena.
Banderas italianas y suizas, y otras varias imágenes desfilan gracias a un proyector situado frente a una de las caras de esta cumbre de casi 4.500 metros, que se asemeja a una enorme pirámide y cuya silueta está representada en el envase del chocolate Toblerone.
Esta obra, realizada por el artista suizo Gerry Hofstetter, que transforma edificios, monumentos y paisajes de todo el mundo en objetos de arte temporales, es retransmitida en directo por el municipio de Zermatt y, por el momento, se prolongará hasta el 19 de abril, fecha límite de las medidas adoptadas en ese país ante el coronavirus .
"La idea es hacer algo agradable para la gente de todo el mundo", explicó el director de la oficina de Turismo de Zermatt, Daniel Luggen.
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"El Cervino es un símbolo importante para Suiza y, cuando lo iluminamos así, estamos convencidos de que da esperanza a la gente", añadió.
Esta cumbre uno de los grandes desafíos del alpinismo, sobre todo por su cara norte, y atrae cada año a miles de escaladores.
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Pero este año sólo unos cuantos ladridos de perros y el rugido de un río rompen el silencio del valle, desierto de turistas.
Sin embargo, el pueblo quiere mostrarse "solidario" con todas las personas que sufren actualmente y a través de estas iluminaciones, dar las gracias a todos los que ayudan a superar la crisis de la pandemia de COVID-19.