Otros 30 menores heridos continúan siendo atendidos tras el bombardeo aéreo contra el bus que los transportaba.
Los funerales serán "más adelante", dijo Yahya Shahem, un responsable del ministerio de Sanidad de la región de Saada, en el norte de Yemen.
"Aún hay restos por todas partes e intentamos confirmar las identidades" de los muertos, agregó.
En el lugar del ataque aún se ven restos humanos y objetos personales de los niños, indicó un periodista de la AFP, mientras en los hospitales intentan curar a numerosos heridos.
Al menos 29 niños de menos de 15 años murieron el jueves en un ataque contra el autobús en el que viajaban y que se encontraba en un frecuentado mercado de Dahyan, en una zona del norte de Yemen controlada por los rebeldes hutíes, según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Un hospital que tiene el apoyo de esta organización apoya 48 heridos, entre ellos 30 niños.
La coalición militar liderada por Arabia Saudita, que interviene desde 2015 contra los rebeldes, reconoció haber llevado a cabo un bombardeo en la zona, pero aseguró que apuntaba a un autobús en el que viajaban "combatientes hutíes".
Por su parte Estados Unidos y la ONU reclamaron una investigación.
La portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Heather Nauert, aseguró que su país está "preocupado" por los informes sobre el ataque que provocó la muerte de civiles.
"Llamamos a la coalición liderada por Arabia Saudita a llevar a cabo una investigación exhaustiva y transparente sobre el incidente", dijo.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió a "una investigación rápida e independiente".
La coalición liderada por Riad interviene en Yemen para apoyar a las fuerzas del presidente Abd Rabo Mansur Hadi que combaten a los rebeldes hutíes que tomaron importantes sectores del país, entre ellos la capital, Saná.
"Falta sangre"
Un portavoz del CICR explicó a la AFP que el balance de víctimas no es definitivo porque algunos fueron trasladados a otros hospitales.
"Nos falta sangre" dijo por su parte Jameel Al Fareh, uno de los médicos de las urgencias del hospital de la ciudad de Saada, pidiendo donantes.
La coalición calificó su ataque de "operación militar legítima". El ataque apuntaba "elementos que [...] dispararon un misil hacia la ciudad [saudita] de Jizan, causando un muerto y heridos entre los civiles" el miércoles, señaló en un comunicado.
Hace una semana la coalición negó haber lanzado ataques que dejaron, según el CICR, 55 muertos y 170 heridos en Hodeida, en el oeste de Yemen.
Hodeida, una ciudad portuaria, está controlada por los hutíes, quienes atribuyeron a la coalición la autoría de esos ataques. Pero ésta lo desmintió y acusó a su vez a los rebeldes de haberlos perpetrado.
La coalición ya fue acusada en el pasado de varios ataques contra civiles. Admitió su responsabilidad en algunos bombardeos, pero acusa regularmente a los hutíes de mezclarse con los civiles o de utilizarlos como escudos humanos.
Los rebeldes hutíes, miembros de la minoría zaidí (una rama del chiismo), tienen el apoyo de Irán, pero Teherán niega cualquier tipo de respaldo militar.
"¿El mundo necesita realmente ver más niños inocentes muertos para detener la cruel guerra de Yemen?", reaccionó el director para Medio Oriente del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Geery Cappelaere.
"Los civiles siguen pagando el precio más elevado luego de tres años de guerra en Yemen", lamentó Médicos Sin Fronteras.
La guerra en este país ha dejado más de 10.000 muertos desde que Arabia Saudita lanzó su intervención en 2015 y provocó "la peor crisis humanitaria" del mundo, según la ONU.
Hasta ahora todos los esfuerzos para poner fin al conflicto fracasaron. La ONU organiza nuevas negociaciones el 6 de septiembre en Ginebra.
Updated: agosto 10, 2018 08:47 a. m.