Presidente y expresidentes se dieron cita en el funeral de George H. W. Bush en Washington. Un dulce gesto tuvo el expresidente texano con Michelle Obama.
George W. Bush (2001-2009) resaltó el carácter optimista y afable de su difunto padre, el también exmandatario George H.W. Bush (1989-1993), cuyo funeral tuvo lugar en la Catedral de Washington, y destacó que lo que más le gustaba era reírse, "sobre todo de sí mismo".
Durante su elogio fúnebre, Bush hijo, como es conocido popularmente, recordó las últimas palabras de su progenitor: "El viernes pasado cuando me dijeron que le quedaban minutos de vida, le telefoneé y él mismo contestó la llamada. Le dije, 'papá, te quiero'. Sus últimas palabras en este mundo fueron: 'yo también los quiero".
En un discurso marcado por la emoción, que a veces pareció que le llevaría al llanto, George W. Bush resaltó el carácter afable de su padre, e hizo referencia al servicio que prestó a la nación como presidente del país, un cargo que, afirmó, ejerció como "un caballero" y "con dignidad y honor".
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"Me enseñó lo que significa ser un presidente", afirmó.
Ante la presencia de numerosos mandatarios y expresidentes, Bush hijo definió a su padre como un "patriota" que creía que el servicio público debía ser ejercido con "honestidad" y visto como una "necesidad", una persona que quiso dejar un mundo mejor pero que supo sobrellevar sus limitaciones.
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"En la victoria, compartía el mérito. Cuando perdía, cargaba con la culpa. Aceptaba que el fracaso es parte de una vida plena", dijo Bush en un aparente guiño a la derrota sufrida por su padre en las elecciones de 1992, que le impidió ejercer un segundo mandato.
Bush también tuvo tiempo para bromear sobre los años que pasó su progenitor alejado de la primera línea política y consideró que había logrado alcanzar uno de sus objetivos: "Morir joven, tan tarde como sea posible".
Entre las diversas anécdotas a las que hizo alusión, consiguió arrancar una sonrisa de los asistentes cuando narró la alegría que se llevó su padre cuando, ya con 90 años cumplidos, un amigo suyo logró "colar" una botella de vodka cuando fue a visitarle al hospital.
"Valoraba más el carácter que el pedigrí y buscaba el bien en los demás; y generalmente lo encontraba. Para nosotros, era el punto más brillante entre mil", concluyó, parafraseando a su padre.
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Después de las exequias en Washington, el féretro del expresidente, fallecido el pasado viernes a los 94 años, será trasladado a Texas para recibir el jueves un último adiós por parte de su familia.
Los restos de George H. W. Bush descansarán, finalmente, junto "al amor de su vida", como definía siempre a su esposa Barbara Bush, en la Biblioteca Bush situada en la localidad de College Station (Texas).
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