Jackeline Rivera se ha pasado estos últimos tres años luchando no sólo contra una grave enfermedad sino también con su EPS, Coomeva, para que le brinde el tratamiento necesario.
A la joven le detectaron un cáncer y de inmediato el médico le ordenó un trasplante de médula; sin embargo, tras un año esperando el procedimiento, éste no le ha sido autorizado. Pese a que la semana pasada ganó una tutela, los resultados aún no se ven.
Rivera es ingeniera electricista, pero esta incapacitada desde hace más de un año y en vez de estar en reposo en su casa tiene que andar de juzgado en juzgado para que no la dejen morir.
La deportista jugaba con la selección Atlántico de voleibol pero le tocó retirarse. Ahora espera que en Coomeva le autoricen lo más pronto el trasplante para volver a su vida normal y ganar el partido más importante: el de su vida.
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